viernes, 29 de marzo de 2013

Robert Edmond Jones

EL ESPACIO ESCÉNICO COMO PAISAJE 










La normalización de la iconicidad moderna a ojos del gran público no se debió tanto a la aceptación de las lógicas que le servían de argumento (lógicas vanguardistas y fuertemente moralizantes), como a la progresiva proliferación de sus formas en territorios decidademente pop. En la "cadena de trasmisión del gusto" que conjuga las herméticas especulaciones académicas con el hedonismo del gran público, son imprescindibles personajes como Robert Edmond Jones, escenógrafo cuyo trabajo llevó los hallazgos del experimentalismo europeo a la épica de Hollywood.





Una de las grandes preocupaciones de las vanguardias fue la necesidad de superar la noción de escenario como paisaje, heredero de la concepción clásica del teatro, para convertirlo en un agente participativo de la acción, no sólo como fondo atmosférico meramente connotativo sino como prácticamente sujeto de la acción, fuertemente denotativo. Una voluntad (la de vivificar el scenarium, dotarle de la capacidad de catalizar el acontecimiento) que ha recorrido toda la concepción escénica del siglo XX. Pero si en este sentido se suele recordar a las compañías soviéticas de filiación constructivista, o al trabajo teatral de la Bauhaus, sería un americano el que lograría licuar ese carácter vanguardista para hacerlo digerible por el gran público. Prescindiendo de los extremismos maquinistas y quizás pintorescos de ciertas vanguardias radicales, será este Robert Edmond Jones el que hará una interpretación amable y clásica de esa nueva condición activa del escenario, que ahora pasaba a interactuar fluidamente con los actores.



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"Al modo americano": limando las asperezas, evitando la violencia de lo nuevo y manteniendo siempre un cierto sentido clásico. Esas características hicieron que el trabajo de Edmund Jones, que partía de las ideas más revolucionarias de Europa, lograse convertirle en uno de los más reconocidos escenógrafos de su país, siempre prudente ante las extravagancias del viejo continente. No obstante, la huella de sus estudios en Europa (estuvo, entre otros, aprendiendo con Max Reinhardt) está muy presente en las escasas imágenes de sus diseños que circulan el internet. La herencia del expresionismo alemán (geometrías angulosas iluminadas en violento claroscuro), reinventado por Edmond Jones aportándole la monumentalidad de Etienne Louis Boulleé (composiciones rigurosas de intensa figuralidad, con los nodos de la escena muy focalizados), del minimalismo miesiano y el naturalismo gótico anglosajón, han hecho de él uno de los "grandes clásicos" de la escenografía americana, una figura que como arquetipo típicamente estadounidense no está muy distante de lo que pueda ser Edward Hopper en pintura. Su "The Dramatic Imagination" está considerado uno de los mejores libros sobre este campo, en los que expone su peculiar visión (trascendentalista y solemne) de la misión del set designer. Podéis leer algunos estractos aquí.

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